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Cómo salí del clóset

  • Foto del escritor: Ana Zagal
    Ana Zagal
  • 19 ago 2016
  • 5 Min. de lectura

En 1939, gracias al daguerrotipo de Joseph Nicéphore Niépce, nace en París la fotografía. Fue el 19 de agosto de ese año que el gobierno de Francia anunció tal evento y desde entonces, sus capacidades se han extendido enormidades.

Ser fotógrafo hoy en día es un asunto de atrevimiento, pues pareciera que sólo los más aventados se lanzan a llamarse a sí mismos como tal. Y es que, con el boom de las nuevas tecnologías, muchos aseguran que el trabajo de un fotógrafo se ha demeritado y ahora "cualquiera" puede ser fotógrafo.

Yo empecé con mis intentos en el año 2010, fotografía era parte de la tira de materias de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la U. Fray Luca Paccioli y la verdad, no me gustaba. Nuestro profesor -a mi parecer- era demasiado exigente, es decir, cómo quería ponerme un 6 por una fotografía que para mí valía 10 sólo porque estaba "mal enfocada" (inicio de mi actitud "freaky" ante los desenfoques). Yo aprendí a la oldschool: cámara análoga (prestada por un amigo que confío ciegamente en mí), cuarto oscuro, químicos, mareos y sorpresas... Ahora que recuerdo, cuando niña tomé un curso en La Vecindad sobre revelado fotográfico, de ese que haces en el cuarto oscuro con objetos que se impregnan en el papel, sin pasar por el proceso de utilizar una cámara. Lo hice dormida, apenas lo recuerdo, pero si me acuerdo qué fue lo que hice: un collage con muchas estrellas.

En fin, no me gustaba. Es más, yo creo que mi profesor no me veía futuro y yo me enojaba porque también creía que no podía hacerlo. No recuerdo qué me hizo cambiar de opinión, no puedo dar fe de ninguna bonita historia que relate cómo me volví fanática de hacer clic (se escribe clic, sin "k" al final), lo cual es lamentable, pero siempre me he considerado una persona que cuando algo le interesa, se ocupa en documentarse lo más posible.

Creo que justo en ese punto, decidí que quería ser fotógrafa y pasaron varios años para salir del clóset y aceptarme: YO SOY fotógrafa. Al principio, yo veía en algunos compañeros capacidades más desarrolladas, entendían de ISO y de velocidad de obturación, sabían que Carl Zeiss es la onda y que las tarjetas SD de clase 10 son una maravilla cuando ya te dedicas de lleno al RAW... ¿eso con qué se come?, pensaba yo; intenté involucrarme sin éxito y simplemente seguí mi camino. Pero fue justo en ese andar que por azares de la vida (y de la economía), tuve que vender mi chevy chocón y con el dinero que me sobró después de pagarle a mi tío Q.E.P.D. lo que me prestó para adquirirlo, decidí comprarme mi primera cámara digital. Era una Sony (no puedo recordar el modelo) de gama media alta, o como yo le decía: cámara de turista. Ahí empezó todo: obviamente descubrí que la fotografía digital era más amigable y que podía convertirme en la poeta que siempre quise ser (y que por motivos creativos a la hora de redactar, no pude), al mismo tiempo, traté de ir a todos los cursos que pude, leer todos los blogs que me sugerían, codearme con la gente que sí sabía de eso y hasta la fecha, trato de hacerlo.

Para mí, ser fotógrafo es una gran responsabilidad y además, es una actividad que te da la libertad de reflejar las historias que tú consideres útiles, (pienso que la fotografía debe ser útil, armónica y de tú interés) yo no estoy peleada con las nuevas tecnologías, al contrario, cuando tuve en mi poder mi primer iPhone de cuarta generación y acceso a instagram, fui la más feliz de dos hermanas, pues se abrió otra faceta artística que aún está muy peleada con algunos puristas, pero no me importa, porque me deja continuar con mi proyecto llamado: ensayos de una vida. (@lazagala)

También tuve la oportunidad de cambiar de equipo: una canon t3i que hasta la fecha me saca del apuro y me deja seguir creando, con ella aprendí de óptica con mi kit básico de supervivencia: 18-55mm, 50mm y 75-300mm... aprendí el bendito modo manual ¡viva!, aprendí a formular conceptos (sigo trabajando en ello, eso de hacer series fotográficas se me complica aún), aprendí a trabajar en el susodicho RAW (es una maravilla) y estoy aprendiendo a usar luz artificial con mi flash buena onda (que tampoco me gusta, pero por lo visto, así inician los mejores aprendizajes).

Luego decidí empezar a participar en concursos, total, el NO ya lo tenemos. Y he ganado, y me he sorprendido, porque significa que algo -aunque sea poquito- estoy haciendo bien. Después di clases a 8 chavos en bachillerato y 2 se quedaron fascinadas con el tema, una me ha contado que sigue practicando y para mí es taaaaaan bonito. He dado talleres y agradezco infinitamente a los que han participado, pues sin "ser nadie", han confiado en mí y en lo que puedo transmitirles. También por eso me di a la tarea de no dejar morir este blog, pues es importante que a la par de que "cualquiera" puede ser fotógrafo, la inspiración y las ganas de ser creativos no llegan solas, bien dicen que las fotografías que tomamos son un cúmulo de un gran contexto socio-cultural y que representa el cómo hasta hoy hemos vivido dentro de una sociedad (razón por la que no creo en la "originalidad", lo que hagas, alguien más ya lo hizo... ¡y NO pasa nada! al contrario, es oportunidad para enriquecer tu proyecto).

Justo en mi actividad documental descubrí que hasta los ciegos pueden tomar fotografías y ¡pum!, un mundo nuevo nació ante mis ojos, me maravilla pensar que la fotografía no tiene límites y que es de los pocos artes que se cultivan todos los días, me encanta saber que en esta actividad artística no cabe la competencia (aunque a veces pareciera que si) y que aunque sea el mismo sujeto fotografiado, en el mismo contexto, siempre podremos representarlo de distinta manera. Ahora bien, ojo: esta labor precisa mucho estudio, mucha inquietud y ganas de saber, requiere curiosidad y mucha práctica pero sin dejar de lado la teoría; y todos los días, TODOS, se aprenden cosas nuevas, ser fotógrafo significa estar en constante transición a ser un mejor artista, siempre y cuando así lo desees, de lo contrario, sólo te gusta tomar fotos.

No tengas miedo de decir: YO SOY fotógrafo, sal del clóset y únete a este gremio ocupado en congelar el tiempo (sea una milésima de segundo o 2 horas) y atrévete a saber, a mejorar, a inspirarte, a tener ídolos fotógrafos y sobre todo: enseña a otros, acércalos al arte, busca compartir con ellos todo lo que aprendes día con día, no te guardes el conocimiento, al final de cuentas diario se genera nuevo conocimiento y todos estamos propensos a saber más o menos que el próximo, no uses (¡por favor!) marcas de agua, no seas egoísta, o que: ¿nunca podrás hacer una mejor imagen? (tema de otra entrada, por cierto...) si a alguien le gusta (aunque sea para presumirla como suya) tú dásela, sé libre y atrévete a mejorar esa imagen, recuerda que no caben las envidias, todos somos capaces... TODOS. ¡Feliz día internacional de la fotografía!


 
 
 

©2019 Creado por Ana Zagal

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